
Las cartas de Juan "a las siete iglesias que están en Asia" en los primeros capítulos del Apocalipsis, fueron dirigidas a grupos reales de creyentes cristianos de la provincia romana de Asia. Estos mensajes describen condiciones existentes en esas iglesias en los días de Juan y proporcionan consejo apropiado para sus necesidades particulares.
Proféticamente, se cree que las siete iglesias representan siete etapas de historia eclesiástica, y los sucesivos períodos de historia de la Iglesia en sucesión cronológica.
Es una conclusión que se ha derivado de la comparación de los rasgos salientes de aquellas iglesias con ciertos rasgos característicos de la historia de la Iglesia. Hoy en día es una interpretación aceptada por la gran mayoría de los cristianos.
Un estudio de la historia revela que estos mensajes son en realidad aplicables de una manera especial a siete períodos sucesivos que cubren la historia entera de la iglesia cristiana.
A través de las Escrituras, el numero siete, cuando se usa simbólicamente, se entiende por lo general como indicio de plenitud, perfección o sea para esta ocasión, la iglesia en su plenitud en el tiempo. El libro mismo no dice que las siete iglesias representan siete épocas de la Iglesia.
Es una conclusión que se ha derivado de la comparación de los rasgos salientes de aquellas iglesias con ciertos rasgos característicos de la historia de la Iglesia.
¿Cómo eran estas iglesias? Aunque representan distintas épocas, eran grupos reales con personas iguales a nosotros. La historia nos dice que eran de la siguiente manera: dos eran muy buenas: Esmima y Filadelfia. Dos eran muy malas: Sardis y Laodicea. Tres eran en parte buenas y en parte malas: Efeso, Pérgamo y Tiatira.
Las iglesias buenas de Esmirna y Filadelfia se componían de gente humilde, y eran perseguidas. Las dos iglesias malas, Sardis y Laodicea, incluían a las clases dominantes. Estas ciudades, vistas como entidades, se habían hecho cristianas, pero eran todavía paganas en su manera de vivir. De las tres que eran en parte buenas y en parte malas, Efeso era ortodoxa pero se había vuelto indiferente. Pérgamo era herética, pero fiel al nombre de Cristo aún hasta el martirio. Tiatira era herética, pero celosa, y crecía.
Si alguna vez te has preguntado "¿Qué habrá pasado con estas Iglesias con el tiempo?", aquí tiene la contestación.
De entre las siete iglesias, sólamente, a dos se les condena de manera absoluta y sin esperanza de perdón: Sardis es muerta, y Laodicia es rechazada. En el día de hoy, estas ciudades se hallan desiertas y deshabitadas. Sólamente a dos se les alaba sin reservas, de corazón y amorosamente: a Esmirna y a Filadelfia. Estas dos ciudades han conquistado y ostentado la gloria de ser campeones del cristianismo a través de los siglos. A otras dos se les dirigen alabanzas y cargos entremezclados: a Pérgamo y a Tiatira; ambas todavía existen como ciudades florecientes. Sólamente una iglesla había de ser quitada de su lugar: Efeso, que fue trasladada a un lugar distante unos tres kilómetros, y es hoy una aldea insignificante.Sir William Ramsey
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