
Introducción al estudio de las Profecías 4:
Falsos Profetas al Descubierto
Los “falsos profetas” no son otros que aquellos que no resisten una o más reglas para identificar a los profetas llamados por Dios para esa labor.
Hay muchos falsos profetas en el mundo, y muchos de ellos tienen bastante aceptación, gozan de gran popularidad y credibilidad en el mundo. Después de estudiar sus casos, uno queda sorprendido. Resulta imposible explicarse como han logrado tanta trascendencia y renombre. Para nuestro estudio, sólo veremos el caso de uno de ellos, quien es, tal vez, el más comentado, discutido y aceptado de todos:
Nostradamus, de cuyas conocidas “centurias” se dice que, junto con la Biblia, es el único libro que no ha dejado de ser impreso desde su publicación en 1555.
NOSTRADAMUS, ¿UN VIDENTE?
Michel de Nostredame nació en 1503, en la Provenza. Era un hombre de elevada cultura y buena posición social. Sus amplios conocimientos sobre magia, adivinación, ocultismo y astrología, lo indujeron a escribir su famosa serie de 942 cuartetas astrológicas “predictivas”, denominadas comúnmente como “centurias”. A lo largo de la historia se ha intentado justificar de mil formas la poca claridad de éstas, señalándoselas simplemente como “enigmáticas”.
Unos dicen que el lenguaje críptico de Nostradamus era para protegerse de los inquisidores. Otros consideran que su difícil interpretación estriba en el hecho de que fueron escritas en una “enigmática combinación de francés, dialecto provenzal, latín, griego e italiano, estando además alterada exprofeso la secuencia temporal, de forma que la cronología y el significado no fuesen revelados a los no iniciados” (“Las Profecías del Milenio” ; A. T. Mann ; Pág.68).
Veamos algunos ejemplos de lo anterior:
Un gran fuego se verá cuando el Sol se levante,
ruido y luz extendiéndose hacia la lejanía del norte.
Muerte y gritos oídos dentro del globo,
muerte por el acero, fuego, el hambre les espera.
Como vemos, esta “profecía” puede aplicarse a una infinidad de sucesos diferentes en el mundo. Y este es un problema con el que los estudiosos de Nostradamus deben lidiar constantemente.
Sin embargo, ha habido ciertas predicciones un poco más interesantes, como la cuarteta que aparentemente predecía la muerte del rey Enrique II:
El joven león vencerá al anciano,
en el campo de combate en una sola lucha ;
Atravesará sus ojos en su caja dorada ;
dos heridas en una y morirá de una muerte cruel.
Esta profecía llegó a oídos de la reina de Francia, Catalina de Medicis, esposa del rey Enrique II. Y aunque la cuarteta no es específica ni clara, la reina misma mandó a llamar a Nostradamus para que le explicara si esta cuarteta se refería al rey Enrique.
El contenido de esta conversación se ignora, sin embargo, para a los “estudiosos” de las profecías de Nostradamus es muy probable que el mentado “profeta” haya dicho que sí.
En aquella época, las profecías de “videntes” estaban muy de moda en la corte, de modo que Satanás encontró en terreno bastante fértil en donde sembrar su cizaña de engaño. Ciertamente era una oportunidad imperdible que el enemigo no desperdició.
Es así como con ocasión de las celebraciones realizadas con motivo de los matrimonios de su hermana Isabel con Felipe II de España y el de su hermana Margarita con el duque de Saboya, el Rey Enrique II luchó en las justas los tres días. Durante un segundo asalto en el tercer día, se enfrentó con el capitán Montgomery. Al partirse la lanza del capitán, una astilla atravesó el yelmo del rey, entrando en su cabeza por encima del ojo. Una segunda astilla le hirió en la garganta, muriendo después de una agonía de diez días. Para muchos, en cumplimiento de la “profecía”, el capitán, que era más joven que Enrique, también utilizaba el león como emblema.
Lo interesante es que dicha interpretación descifra arbitrariamente símbolos que no encuentran su significado en otras partes de los escritos de Nostradamus, de modo que aún cuando el hecho histórico parezca concordar con la interpretación, nunca existiría esa “certeza profética” que sí caracteriza a la profecía bíblica. Nostradamus jamás dio el significado de sus supuestos símbolos, lo cual inevitablemente nos hace pensar que la interpretación encajó casualmente con tal suceso.
¿Por qué permite Dios este tipo de cosas? Sencillamente porque Dios no fuerza la voluntad de las personas. Cada ser humano es libre para creer o no creer. Los que son “engañados” no son otros que aquellos que se dejan engañar voluntariamente, esto es, aquellos que
rechazan la verdad que tan fácilmente habrían podido discernir si hubiesen escudriñado las Escrituras.
NOSTRADAMUS A LA LUZ DE LA BIBLIA
No cabe duda alguna de que Nostradamus era un falso profeta. Sus técnicas proféticas son diametralmente opuestas a las enseñanzas bíblicas que prohíben la adivinación. “Había practicado técnicas de adivinación durante muchos años, modificadas por su conocimiento de la astrología y la medicina” (A.T. Mann ; “Las Profecías del Milenio”, pág. 68). Dice también, este autor, que Nostradamus “utilizaba rituales y encantamientos de magia para obtener sus visiones, siendo poseído por los espíritus del vacío, que aparecían y le dictaban profecías… Sabía que el acto de profetizar se encontraba a menudo teñido por las sugestiones de la magia, en especial de la magia negra...” (pág.s 72, 73).
Contrastemos, pues, las técnicas de Nostradamus, con las declaraciones bíblicas:
“No aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en tí quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas” (Deut.18 :9-12).
“Es obvio que no todos los que profetizan son profetas de Dios, porque un verdadero profeta no recurre a ninguna muleta mental o “espiritual” ; más bien, no tiene grado alguno de libertad para sintonizar ni para controlar los impulsos ni los recuerdos proféticos” (René Noorbergen; “Profeta del Destino”, págs. 35, 36).
ANALISIS DEL EFECTO MUNDIAL DE NOSTRADAMUS
Sería bueno preguntarnos: Si las profecías de Nostradamus son tan oscuras y enigmáticas, ¿por qué la gente cree tanto en ellas? Si sólo un pequeño porcentaje de sus profecías aparentemente se ha cumplido, ¿por qué la gente aún estudia sus escritos?
Pareciera que a la gente no le gusta que todas las profecías se cumplan, o pareciera que no le gusta que sean tan claras. Mi opinión es que Satanás ha adormecido tanto la sensibilidad espiritual del hombre, que éste ha llegado a sentirse más cómodo con las cosas oscuras que con las luminosas.
Con el ejemplo de Nostradamus, el diablo quiere hacerle creer a la gente que las personas pueden desarrollar por sus propios medios la capacidad de ver el futuro. El hombre no está dispuesto a entregar su voluntad a Dios para que lo convierta en un ser santo. A la gente le gusta el poder, sea éste de naturaleza económica, política, etc. Sin embargo, de todos los “poderes” imaginables, no cabe duda de que el poder que más atrae es el poder sobrenatural, pero no el poder divino, sino aquel que proviene de Satanás, el “ocultismo”, porque es más llamativo, parece más interesante, y porque encaja perfectamente con la naturaleza pecaminosa del hombre; no le pone trabas como restringirle la libertad, o tener que dejar sus vicios y pecados. Satanás está siempre esperando entrar en el corazón de las personas de este modo.
Y para hacerlo, el gran traidor de las almas les ha dado las claves de la supuesta libertad al hombre, pero éstas no son sino precisamente las cadenas con las cuales atrapa a sus presas. Me refiero a la astrología, el tarot, la magia, la hechicería y las ciencias ocultas en general. Estos son los supuestos “medios de poder” que todo hombre podría usar venderle su alma al diablo, y sin darse cuenta.
Harry Potter y su autora no podrían haber encontrado un mejor momento que éste para provocar la fascinación de millones de niños alrededor del mundo que sueñan con el poder del personaje. Estas generaciones que crecen con el deseo de ser magos y hechiceras, son las generaciones que Satanás está educando para regir la sociedad de mañana. Quien no sea capaz de ver y entender esto, no sabrá qué hacer en medio de la guerra espiritual de que somos parte.
El asunto es claro. No es la voluntad de Dios que estudiemos las profecías no autorizadas por El. Pero Dios permite que sean engañados por ellas todos aquellos que no reciben el amor de la verdad en sus corazones. Así es como tendrá lugar la separación dramática y final entre aquellos que aceptaron la verdad y los que la rechazaron, donde cada ser humano firmará su propia sentencia.
Descarga gratis en tu teléfono y tablet 'En Busca de Jesús" y aprende cada día más acerca de la Biblia pulsando aquí
Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario. Saber más
jovenes-cristianos.com | El portal cristiano para jóvenes en español | Copyright © 2022 | Todos los derechos reservados |