
En este mundo lleno de incredulidad y carente de principios, hay todavía personas con una fe tan viva que son dignas de envidiar. Este es el caso de Matt y Ginny Mooney, unos padres que decidieron dar a Dios el lugar que le correspondía.
A las 30 semanas de gestación el bebe fue diagnosticado con Trisomía 18, un desorden genético que acaba con la muerte temprana del bebe. Los padres siguieron las palabras que encontramos en Job 1:21: "Jehová dió y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito", y le confiaron la vida de su pequeño Eliot.
El bebé vivió 99 dias y sus padres quisieron hacer de cada uno de ellos una fiesta de cumpleaños, un día más de agradecimiento por la vida de su hijo. En su funeral, soltaron 99 globos por cada día de vida que Dios le había regalado al pequeño Eliot.
Termino este breve artículo con el video que grabaron y colgaron en YouTube sus padres. Está en inglés, pero como dice el refrán: "Una imagen vale más que mil palabras". Estos son un ejemplo de padres amantes y llenos de fe.
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