
El ser humano tiene muchas diferencias con respecto al resto de razas animales que habitan el planeta. La más destacada, es la capacidad de razonar y la capacidad para comprender.
Esta inteligencia, es algo que los científicos evolucionistas han estudiado durante mucho tiempo, sin llegar a conclusiones precisas acerca de por qué el ser humano es inteligente y el resto de animales no.
En este artículo estudiaremos la Inteligencia humana desde un punto de vista creacionista, analizando también todos los puntos de investigación al respecto.
Los científicos evolucionistas se dan cuenta de que hay un abismo entre el ser humano y el resto de animales, por el simple hecho de tener esa capacidad intelectual. Son tan grandes las distancias (evolutivamente hablando) entre animales y seres humanos, que los científicos evolucionistas no se explican este hecho.
Las características de la inteligencia humana, que no se pueden observar en los animales son:
El ser humano está acostumbrado a realizar todas estas actividades intelectuales, pero los animales no tienen conciencia de estas cosas. Algunos, ni siquiera poseen la conciencia de su propia existencia. Su mente se basa en instintos, más o menos inteligentes desde el punto de vista de la acción, pero no existe un razonamiento inteligente al nivel del ser humano.
En un principio, los científicos evolucionistas, consideraron la idea de que el tamaño del cerebro era la clave de la inteligencia, aunque se descartó esa posibilidad. Si así fuera, cualquier elefante sería más inteligente que nosotros.
Después, se estudió el grado de masa encefálica, como un posible factor determinante, medida con el coeficiente de encefalización (EQ): en las comparativas, los humanos superan a cualquier mamífero. Sin embargo, ciertos monos, como los capuchinos, superan en EQ a los chimpancés, considerados entre los mamíferos más inteligentes, por lo que la regla del EQ no se sostiene en todos los casos.
Más tarde, se sugirió, entonces, que hay que indagar más profundo, a menor escala, las células del cerebro: las neuronas. Mientras más neuronas haya en el cerebro, más extensas son las redes neuronales y mayor la capacidad de percepción, memoria, planeamiento y, en definitiva, pensamiento. Los cerebros grandes no necesariamente tienen mayor cantidad de neuronas: así, los humanos tenemos más de once mil millones de neuronas, más que cualquier mamífero, pero no muchas más que una ballena o un elefante.
Pero existe una explicación mucho más simple al hecho de que el ser humano esté a kilómetros de distancia de cualquier animal.
Dios, nos creó especialmente para que fuéramos inteligentes, nos formó con sus propias manos para ponernos en el centro del planeta, para que fuéramos reyes y soberanos de toda especie animal.
Cuando Dios creó al primer ser humano, no lo hizo pensando en que era otra raza animal más. Lo hizo "poco menor que a los ángeles" (hebreos 2:7) y lo dotó de la inteligencia y el intelecto "a su imagen y semejanza". (Génesis 1:26)
Dios nos creó para que fuéramos inteligentes, creativos, razonadores, para que tuviésemos conciencia espacial, perceptual, fluidez verbal y todas las características de un ser superior, que nada tiene que ver con los animales.
"y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte." Éxodo 31:3
Si Dios nos creó superiores, y nos considera diferentes a los animales, nosotros no somos nadie para considerarnos menos que eso. Tan diferentes somos, que Dios mismo envió a su hijo para morir por ti y por mi. Y ese es un regalo que solo un ser inteligente puede comprender.
¡Gloria a Dios!
Autor: Nicolás A.
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