
Nuevas tecnologías cinematográficas han puesto al hombre de cara a cara con imágenes de las criaturas más grandes de tierra... pero ¿qué sabemos de ellos en realidad?
En víspera del estreno de la nueva película Jurassic World, queremos hablar sobre los dinosaurios, que eran algunos de los 'animales de la tierra' creados por Dios, junto con los otros animales terrestres el Sexto día de la Semana de Creación (Génesis 1:24-31).
En Este artículo descubriremos un poco más acerca de estos fascinantes animales.
¿Existe en la Biblia alguna referencia a estos inmensos animales que "definitivamente" una vez estuvieron presentes en la tierra? Si nuestra Biblia es en realidad el recuento de la Historia del hombre desde sus inicios, ¿cómo es posible que no existan referencias a estos animales?
En efecto, dos de esos animales son descritos en el libro de Job.
El primero es un gigantesco animal vegetariano que podría ser tanton un Diplodocus o un Braquiosaurio:
¿Han notado ustedes algo peculiar en los cedros? ¡Son gigantescos! ¿Verdad que sí?. Ahora bien, ¿Han visto alguna vez la cola de un elefante o de un hipopótamo…? No son muy impresionantes…¿Verdad? Así que podemos desechar la idea de que Dios, lo más inteligente que hay, fuera a hacer una analogía o comparación como esta. Definitivamente, El se refiere a otro animal. Otro animal que vivía en el mundo de Job ¡en ese momento!
El segundo animal mencionado en la Biblia, parece haber sido una especie de animal grande con aliento de fuego. Tal como el pequeño escarabajo bombardero tiene un mecanismo que produce una explosión, así el gran dragón del mar debió tener un mecanismo que le permitiera lanzar fuego:
Primeramente, no todos eran grandes. Muchos dinosaurios eran comparativamente pequeños, como el Compsognato, que era del tamaño de una gallina, y el Musasaurio, el dinosaurio más pequeño que se ha encontrado, y cuyo cráneo medía unos 32 milimetros de largo, como el largo de un clip normal.
Segundo, los dinosaurios, como los reptiles modernos, usualmente ponen huevos que tienen una cáscara como de cuero (comparada con los huevos de pájaro que tienen una cáscara dura); los reptiles hoy, después de salir del huevo continúan creciendo durante la mayor parte de sus vidas.
El huevo de dinosaurio más grande que se haya encontrado fue descubierto en Francia. Tiene 30 centímetros de largo y actualmente se expone en la Universidad de Redding en Inglaterra. Otros del mismo sitio tienen 25 centímetros de largo o son del tamaño de un balón de futbol americano.
Fueron puestos por un saurópodo gigante, que era un cuadrúpedo (de cuatro patas) gigantesco y herbívoro (comedor de plantas). La razón para este comparativamente tamaño tan pequeño es que entre más grande el huevo más gruesa tiene que ser la cáscara y, si hubiera sido muy gruesa, no hubiera pasado a través de ella aire suficiente para suplir al bebé dinosaurio en el interior, ni este hubiera podido tener éxito en romperla.
Así que, si los dinosaurios bebé son del tamaño de un balón de futbol americano, es razonable suponer que Dios dirigió dinosaurios niños en tamaño de las especies más grandes al Arca, o quizás jóvenes; ¡con certeza no le era necesario enviar dinosaurios abuelos en tamaño!
Si Dios creó los dinosaurios en el Sexto Día de la Semana de Creación, es que deberían existir historias de dinosaurios en el folklore de muchas naciones, puesto que la gente después del Diluvio habría coexistido con ellos hasta que se extinguieron. Tales historias no usarían el término 'dinosaurio', por supuesto, pues, este término no se inventó hasta 1841. Esperaríamos que tales historias usaran otros términos como 'monstruo' o 'dragón'.
Es también interesante que en la versión inglesa King James de la Biblia el término 'dragón(es)' es usado más de 20 veces en el Antíguo Testamento, una vez metafóricamente, refiriéndose al Faraón Rey de Egipto como un dragón (Ezequiel 29:3), y las otras veces refiriéndose a animales. Por ejemplo, '...al cachorro de león y al dragón hollarás' (Salmo 91:13), 'Haré de Jerusalén un montón de ruinas, una guarida de dragones...' (Jeremías 9:11).
Esto tiene un significado especial cuando nos damos cuenta de que la versión King James fue publicada en el año 1611 d.C.; eso para decir que, hace menos de cuatro siglos, los traductores de la Biblia estaban a gusto usando el término 'dragón', confiados de que su uso sería significativo y no mitologíco para los lectores.
Los creacionistas reciben con agrado los hechos auténticos sobre los dinosaurios, descubiertos por los investigadores, pero no su acostumbrada interpretación evolucionista de estos hechos. No nos desconcierta la ficción sobre los dinosaurios que sale de Hollywood, el BBC y los medios de comunicación. La Biblia presenta una línea de tiempo de la historia que explica el principio y la extinción de los dinosaurios, que concuerda con la evidencia, pero que difiere totalmente del dogma evolucionista.
Por ejemplo, hallazgos de entalladuras y pinturas de criaturas parecidas a los dinosaurios, en varios lugares del mundo, que es evidencia que el hombre y el dinosaurio vivían al mismo tiempo.
Se han descubierto huesos no fosilizados de dinosaurios, en Alaska y el hueso de pierna que contiene células rojas de sangre de un T. Rex. En muchos países hay cuentos de dragones, que corresponden bastante con las descripciones de los dinosaurios.
La Biblia da la mejor explicación, consistente con la evidencia, por todos los dinosaurios, inclusive los saurópodos. Los cristianos pueden utilizar esta información, con confianza, para testificar de su fe.
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